Alucinación o Ilusión - by porter

Publicado en por PORTER

Según George Bernard Shaw, enamorarse es exagerar enormemente la diferencia entre una persona y otra. Este concepto fue desarrollado por el científico italiano Nicola Nibusto, en su tesis doctoral “la donna o il niente ”, donde desarrolla los mecanismos sinápticos involucrados en el enamoramiento y sus manifestaciones adversas. De aquí surge la posibilidad de que “dicha exageración no sea otra cosa que un trastorno de la percepción en relación a la persona deseada”. Este tratado abarca los conceptos de ilusión y alucinación vinculados al amor. Según Nincola, “la ilusión es una percepción distorsionada de un objeto real que suele presentársele al enamorado, como una consecuencia de un estado de ánimo, una sugestión o lisa y llanamente por un síndrome confusional . En cambio, la alucinación es la percepción falsa de un objeto no existente pero que se siente como real”. Nicola asegura “que es posible una percepción falsa con una conservación correcta del juicio de realidad”, trastorno que denominó con el nombre de “alucinación parcial o alucinosis”. Ambos trastornos de la percepción deben relacionarse casi indefectiblemente con trastornos en el contenido del pensamiento del enamorado, es decir “surgen ideas deliroides que son típicas de los trastornos afectivos y que se creen derivan de la deformación que el estado del ánimo ejerce sobre los procesos cognitivos, conduciendo al enamorado a creer cualquier cosa”. Partiendo de estas observaciones, Nicola comienza con la ardua tarea de la demostración científica de estos procesos, los cuales incluyen estudios sobre numerosos neurotransmisores y vía sinápticas complejas que escapan a la idea particular de este informe.          

A medida que avanzamos en la lectura de la tesis nos encontramos claramente con la idea que Nicola va inclinando la balanza a que los procesos del enamoramiento se vinculan fuertemente a los trastornos alucinatorios. Tal es así que encontramos en dicho tratado la siguiente cita: “En la mitología griega, Ixión, rey de Tesalia, le prometió a Eyoneo una gran dote si se le permitía casarse con su hija. Esta promesa nunca fue cumplida, por lo que su suegro en concepto de fianza y a modo de compensación, tomó a todas sus yeguas. Ixión disimulando su resentimiento, invitó a Eyoneo a una fiesta prometiéndole el pago de la dote. Una vez en su casa, Ixión arrojo a su suegro a un foso lleno de carbones ardiendo. Este crimen horrorizó tanto, que nadie quiso purificarle, obligándolo a vivir escondido y huyendo del trato de los demás. Abandonado y aborrecido por todos, imploró perdón a Zeus, quien se apiadó de él. Ixión, lejos de estar agradecido, intentó violar a Hera. Anoticiado Zeus, creó una nube con la forma de su mujer y la hizo aparecer ante Ixión, el cual cayó en la trampa. De esa unión nace el Centauro. Como Ixión no dejaba de presumir su hazaña, Zeus lo condenó al Tártaro, donde Hermes lo ató a una rueda ardiente que daba vueltas sin cesar”.

Ya sea por trastornos perceptivos o no, la ciencia ha comenzado a preguntarse los mecanismos involucrados en el amor. Tal vez futuras generaciones tengan a su alcance algún dispositivo o fármaco que evite la desagradable experiencia de un amor no correspondido y promuevan el vinculo con personas absolutamente razonables.

Mientras tanto, no queda otra que estar alerta a las percepciones falsas o nos condenaremos a rodar ardientemente.

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